sábado, 28 de marzo de 2015

Tributo a mi pueblo

La montaña, que gran invento. En mi vida encontraré palabras para agradecerles a mis padres que un día, hace ya 40 años, quisiesen visitar a la familia de mi tía Maruja en una pequeña aldea perdida en la montaña, allá en una sierra lejana leridana. A pocos kilómetros de su destino, vieron una pequeña casa de pagés que se vendía. Y la compraron.